MY FEELINGS ABOUT MY FIRST WEEK IN SANTIAGO DE CUBA WITH BEST PROGRAMS: CONTACTS, FRIENDS, AND DESIRE TO RETURN SOON
By Shirley Douglas (December, 2015)
From the first night when BEST´s Cuban representative, Waldo Regueiferos and I met at the airport I felt a connection to Santiago de Cuba. Perhaps it was his smile of welcome, or that he spoke to me in Spanish as if we were friends. Perhaps it had something to do with the owner of the restaurant where he invited me to eat hugging me as if he had known me already for many years. Walking through the center after dinner with Waldo, I was fortunate to begin making good connections in Santiago.
Every day that passes I feel more comfortable because I feel the ability to make friends. I have the pleasure to meet and walk with May, my Spanish teacher. We take excursions to important and interesting places to learn more and more about Cuban life, Spanish and culture. When she walks, she attracts positive smiles (and compliments from all the men). Every day there are new opportunities to meet and talk with artists in their workshops or in the city center where Waldo knows everybody; to learn more about the history of Santiago with excursion to places like the fortified castle (the Morro) or the Basilica of Our Lady of Charity, and many museums.
The spirit of friendship is also on the streets: asking for directions or recommendations for a restaurant; or trying to find a taxi in the center. Of course, the loud sounds of music that is heard everywhere contribute to an atmosphere of joy and friendship.
I know that in a short two-week visit one cannot comprehend many things, just get to know a little about a place and a new culture, but I feel so attracted and I have made quite a few new connections and many friendships which motivate me to return as soon as possible.
Versión en español:
SENTIMIENTOS DE MI PRIMERA SEMANA EN SANTIAGO DE CUBA CON BEST PROGRAMS. CONEXIONES, AMISTADES, Y DESEOS DE REGRESAR PRONTO
Por Shirley Douglas (diciembre, 2015)
Desde la primera noche cuando Waldo y yo nos encontramos en el aeropuerto sentí una conexión con Santiago de Cuba. Quizás era su sonrisa de bienvenida, o que él me hablo en español como si ya fuéramos amigos. O también porque la dueña del restaurante donde comimos me abrazo como si ya me conociera de muchos anos. Al caminar por el centro después de la cena con Waldo, me sentí afortunada de poder hacer conexiones buenas en Santiago.
Cada día que pasa me siento más cómoda porque siento la posibilidad de hacer amistades. Quizás es porque tengo el placer de conocer y caminar con Mai, mi profesora de español, a lugares importantes e interesantes aprendiendo más y más sobre su vida, el español y la cultura. Cuando ella camina en cualquier lugar atrae lo positivo, las sonrisas (y también los piropos de todos los hombres). Quizás es porque cada día hay oportunidades nuevas de: conocer y hablar con artistas diversos en sus talleres o en el centro donde Waldo conoce a todo el mundo; de aprender más sobre la historia de Santiago a través de viajes al Morro, una visita a la Basílica de Nuestra Señora de Caridad, y tantos museos.
También se encuentra el espíritu de amistad al caminar por las calles: pidiendo direcciones o recomendaciones para un restaurante; o tratando de encontrar un taxi en el centro. Por supuesto, los sonidos fuertes de la música que se oye por todos los lugares contribuyen a una atmósfera de alegría y amistades.
Yo sé que en una visita corta solamente se puede entender y conocer un poquito sobre un lugar y una cultura nueva pero debo encontrar motivaciones para regresar algún día —ya he encontrado bastante conexiones y amistades para tener el deseo de regresar lo antes posible.